En los lugares donde es algo muy tradicional, es tomado muy en serio. Hace algunos años estuve en Tzintzuntzan, Michoacán, en la noche entre el 1º y el 2 de Noviembre. Impresiona ver el panteón totalmente iluminado con veladoras, y la gente (familias enteras, incluso) pasando la noche junto a la tumba de sus difuntos.
En conclusión: sí nos burlamos, pero nomás un ratito ;)