miércoles, 23 de enero de 2008

Talla 32

Necesitaba pantalones de mezclilla azul. Dejé que pasara Navidad para ir de compras, con la intención de evitar a la gente que se amontona en las tiendas. Tenía cierta conciencia de que para ese entonces, encontraría las "sobras".

Fui a mi tienda de ropa preferida y empecé a buscar unos pantalones comunes y no tan corrientes y que no fueran de la marca que ya tenía. Di con varias marcas de pantalones decentes y empecé a buscar de mi talla. No había. Había de una talla más o una menos, o tallas muy grandes. Pues agarré uno de más y uno de menos para probármelos. Empiezo por el pantalón talla 33 y descubro que me falta panza para llenarlo, tal vez lo logre en unos años más. Talla 31... más o menos me queda de la cintura pero me aprieta de las piernas (los que me conocen, créanlo: me quedó apretado). Seguiré buscando...

¡¡¡Talla 32!!! Sí, encontré uno talla 32. Me dirijo a los probadores de la planta baja y... "ya están cerrados, es que entre semana la tienda cierra de 2 a 4"... Todavía se me hace curioso que haya tiendas grandes en ciudades grandes con ese horario. En fin.

Volví días después pero con más tiempo. Pasé primero a otra tienda que está a la vuelta. Vi una marca conocida, empecé a buscar lo que quería... -"Disculpe, ¿hay talla 32 de estos?". -"No, de esa marca YA NO HAY talla 32". -"Gracias". :S

Ahora sí, voy a mi tienda preferida. Me probé el pantalón talla 32 de la otra vez, me quedó bien, lo compré. Todo fue tan rápido que decidí ir a la otra sucursal, a ver qué encontraba. En esa tienda no había sobras. O no vendieron mucho en Diciembre o surtieron pronto. En fin. Compré uno de los que no había encontrado de mi talla en la otra tienda y listo.

No creo que sea ésta la primera vez que se les terminen los pantalones de ciertas tallas. Siendo así, ¿por qué no surten más? Qué poco confían en las estadísticas :P

martes, 22 de enero de 2008

Invitaciones a desayunar (y sus respectivas desinvitaciones).

La primera, no recuerdo exactamente cuándo ocurrió. Fue a finales de 2006 o principios de 2007. Me pasaron una llamada de la asistente del jefe de jefes de la oficina porque pidió hablar con el licenciado JE (casi nadie me dice así, pero cuando lo hacen, respondo a la primera). Resulta que habría un curso exprés de no-sé-qué-rayos y que el jefe estaba interesado en que yo fuera. Como el curso sería por la mañana, también habría desayuno. Ese no-sé-qué-rayos no tiene NADA qué ver con mi trabajo así que le dije a la asistente quien era yo y cual era mi trabajo. Aun así, me dijeron que sí tenía que ir.

El desayuno era lo único atractivo. Y que fuera (en parte) en horario de trabajo. Porque ni el tema del curso ni el horario me motivaban mucho.

Días después seguía con la duda de por qué tenía que ir yo si el tema ni me va ni me viene, cuando me pasan la llamada de la asistente del jefe de jefes para decirme que había habido un error bla bla bla... Desinvitado al desayuno #1, pues :P

La segunda fue para mi cumpleaños. Resulta que una amiga no asistió a la reunión en mi honor y se sentía culpable y bla bla bla. Tuve una conversación con ella días después, vía mensajes de texto por celular (SMS pa'los que gustan de los acrónimos).

Resulta que le contesté el primer mensaje y dejé abierto el teléfono. Yo no sabía que dejándolo así, no me avisaría de los nuevos mensajes recibidos. Y me envió uno para invitarme a desayunar. Y media hora después, otro mensaje para desinvitarme. Como tardé tanto sin contestar, creyó que no había aceptado la invitación que porque suelo tener esas reacciones cuando alguien me demuestra su cariño, etc, etc. No niego totalmente esto último, pero tampoco me estaba resistiendo al desayuno, solamente no contesté el mensaje porque no lo había recibido aún. Desinvitado al desayuno #2, pues :P

El tercero fue también en Diciembre, en plena temporada de posadas. Alguien de aquí de la oficina vino a mi lugar a preguntarme si yo pertenecía a tal Coordinación. Contesté que sí (aunque trabajo en Informática), y, además, lo confirmamos en el sistema. El caso es que la jefa estaba organizando un desayuno y me invitarían porque, aunque no trabajo CON ellos, sí trabajo PARA ellos. Así quedó. Y en realidad así quedó, porque NUNCA recibí tal invitación, sólo las vi pasar. Las invitaciones fueron impresas en Informática y repartidas a todos los empleados de dicha coordinación, incluso a empleados de otras áreas, invitados especiales de la jefa. Y yo: me di por desinvitado al desayuno #3, pues :P

lunes, 21 de enero de 2008

¿Por qué?

¿Por qué hacer un blog?
Yo no quería, pero me surgió la inquietud porque la mayoría de mis (nuevos) amigos tienen un blog y me parece muy interesante y divertido darse a conocer de esta manera.

¿Qué voy a poner?
Ya se me irá ocurriendo qué poner. Por lo pronto, sólo tengo una anécdota en mente. Me gusta escribir, siento que no soy tan malo para hacerlo (por lo menos, sé que escribo mejor de lo que hablo, de eso no tengo duda). Lo que no sé, es qué tanto seré capaz de escribir, eso lo veremos con el tiempo.

Si anda alguien leyendo por aquí, repórtese (pa'no sentir que estoy hablando solo).