Casualmente, la semana pasada escuché dos referencias a un poema muy conocido de Amado Nervo llamado "En paz".
La primera referencia fue en un programa de radio donde alguien preguntaba sobre el origen de la frase "arquitecto de mi propio destino", y la respuesta fue dicho poema.
La segunda fue durante el concierto de Pablo Milanés, donde el poema es la letra de una canción de su nuevo disco.
Hacía muchos años que no lo leía o escuchaba, y ahora noto la actitud de quien lo escribe, una persona agradecida con la vida, conformado con lo que recibió de ella, consciente de lo que no pudo recibir, sin reclamos, satisfecho, pleno, en paz...
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida.
Porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino.
Que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
... Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!