Siempre me ha parecido curioso que haya gente que piense en las cosas extrañas que pueden pasarnos durante un eclipse. Por ejemplo, recuerdo que en aquel eclipse solar de 1991 (creo), mi abuelita pidió que le pusieran moños rojos al árbol de limón, quesque para que no se eclipsara. Afortunadamente se los pusieron y el árbol sigue dando limones. Otro ejemplo: unos días antes del eclipse de luna que ocurrió hace unos días, en Febrero, una compañera comentó que, cuando su sobrina estaba embarazada, el bebé estuvo muy inquieto durante un eclipse de luna... Coincidencia, dije yo.
Pues para el eclipse del mes pasado me pasó también una "coincidencia". Un día antes, me estuvieron doliendo las encías. Específicamente las encías del lado izquierdo, donde el dentista me arregló tres muelas el año pasado. Primero sentí "ansías" (por no decir que sentí "ñáñaras", porque no era dolor, sino una sensación extraña). En ratos era la encía de arriba, en ratos la de abajo, en ratos las dos. Siempre del mismo lado izquierdo. Y tenía hartas ganas de restregarme un hilo dental. Ya en la noche, esa sensación extraña se convirtió en dolor.
Cabe mencionar que, desde que me arregló las muelas el dentista, me quedaron muy sensibles a los alimentos fríos.
Al día siguiente (el día del eclipse) amanecí bien pero en el transcurso de la mañana empezó a dolerme. En la tarde, el dolor decidió concentrarse en una sola muela, precisamente en una de las que me había arreglado el dentista.
Pasó el eclipse y, al día siguiente, el dolor continuaba en la misma muela. Invertí mucho tiempo en comer ese día. En la tarde fui a ver al dentista. ¡Y estaba cerrado! Cosa extraña, porque ese señor trabaja demasiado. A veces, a las 10 de la noche todavía tiene prendida la luz, en señal de que está atendiendo a algún paciente. Decidí aguantarme el dolor y esperar al día siguiente para ir con él, esperando que no anduviera de vacaciones.
Amanecí sin dolor. Así como aparecieron las molestias, así se fueron: sin motivos. Eso no es lo más increíble. Lo mejor fue que las tres muelas que me habían quedado tan sensibles, ya no lo están. Todo volvió a la normalidad. No lo puedo creer y menos aún al pensar que lo único que ocurrió en esos días fue un eclipse... eclipse que, según yo, no influye en nuestras vidas.
viernes, 7 de marzo de 2008
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3 comentarios:
Yo quería una camara para el eclipse. Una chida... bua, bua... :(!
Ah por cierto que graciosa y coincidente Historia. Por que creo que solo será eso. O posiblemente buscando en Google (que todo sabe) nos demos cuenta que no :P.
Saludos de tu UNICO lector :P.!!! jajajajaja
momento.... yo también lo leo (así que al menos somos ya dos!!!!)
saludos y bueno, creo que las coincidencias no existen ni la casualidad, solo la causalidad.
;)
Me da gusto saber que por lo menos tengo dos lectores :D Y concido contigo en lo de la causalidad, pero pues me sigue pareciendo misterioso lo que me pasó :D
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