Desistí de usar Ubuntu en mi netbook pero no en una computadora de escritorio, que también ya tiene sus años pero que sí tiene un procesador de 64 bits.
Descargué entonces la versión 20.04 de Ubuntu y la instalé en una memoria USB. La característica de ejecutar un sistema operativo desde una USB es que no es persistente, es decir, cada vez que se corre es como si la instalación fuera nueva, no tiene más programas que los que vienen por defecto, cualquier configuración que se haya hecho en una ocasión anterior, no quedó guardada.
Esto podría parecer una desventaja pero yo pienso que más bien es una ventaja. Como lo he estado usando con frecuencia, ya sé cuáles son las configuraciones e instalaciones que tengo que hacer siempre al arrancar:
• cambiar la apariencia (tamaño de los iconos a 26 y posición del dock abajo)• cambiar la distribución del teclado (Español de España)
• cambiar la ubicación para mostrar la hora correcta (México City)
• poner la contraseña de Internet
• instalar el navegador Chrome con las siguientes cuatro líneas en la terminal:
wget -q -O - https://dl.google.com/linux/linux_signing_key.pub | sudo apt-key add - sudo sh -c 'echo "deb [arch=amd64] http://dl.google.com/linux/chrome/deb/ stable main" >> /etc/apt/sources.list.d/google-chrome.list' sudo apt update sudo apt install google-chrome-stable
He tomado el tiempo desde que prendo la computadora hasta que termino de configurar e instalar lo básico, y solamente me lleva seis minutos.